Por Michelangelo Buonarroti
XIV
Si el deseo inmortal que alza y modera
los demas pensamientos, aflorase los míos,
quizá a quien en la casa de Amor despiadado
reina, tornarle podría en apiadado.
Más pues que el alma por ley divina
mucho vive, y el cuerpo muere en breve,
no puede el sentido su alabanza o valor
describir del todo, si del todo no entiende.
Entonces, ¡ay de mi!, ¿cómo será entendido
el casto deseo que al corazón enciende,
por quienes siempre a sí en los demás se ven?
Mi jornada mejor no me es posible
con mi señor que atiende a las mentiras,
pues diciendo verdad, es embustero quien no cree.
Miguel Ángel Buonarroti
Escrito en 1532. Es probablemente el primero de los sonetos dedicados al joven Tommaso dei Cavalieri. En ese momento el culto y bellisimo muchacho romano tenia diecisiete años, y Miguel Angel cincuenta y siete.
Esta relacion, que durara toda la vida del artista, es la fuente del mas importante grupo de poemas amorosos miguelangelescos.