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Soneto XIX

Por Michelangelo Buonarroti

XIX

Tan amigo a la fría piedra le es su fuego 
que, si con un golpe, la circunscribe, 
aunque la queme y despedace, aun vive 
uniendo con ello otras para lugar duradero. 
Y si resiste en la hornaza, vence al estío 
o al invierno, y alcanza mayor valor que 
antes, como purgada entre las altas y divinas 
almas que al cielo volviese del infierno. 
Librado de mi, si me disuelve el fuego, 
que dentro me es como un juego oculto, 
ardo y me apago y aun puedo vivir mucho. 
Entonces, si vivo hecho humo y polvo, 
eterno bien seré, si me endurezco al fuego; 
y quien me golpea no es hierro sino oro.