Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos
De un terreno inmenso como fue mi Taller en Enciso me iba a trabajar a una casa vieja, tenía que pensar distinto ya no tendría esa magnífica vista del centro de ciudad, ni podía almacenar grandes cantidades de material como acostumbraba en el Taller de Enciso, ni tener varios perros a la vez, es decir, comencé a ser más racional en las cosas.
El taller en la Sociedad de Ingenieros y arquitectos S.A.I era una casa vieja donde estuve alojado por dos años y medio, estaba situada en la carrera 65 a un costado del Cerro El Volador enseguida de la Fábrica de textiles Confecciones Colombia; se puede decir que fue un taller de transición entre el Taller de Enciso y el Taller de Laureles, entre la comodidad la amplitud , el orden y el razocinio.
Llegué allí por mi amistad con varios Ingenieros entre ellos el Doctor Carlos Ignacio Restrepo Arbeláez quien era el Presidente de la Junta Directiva del S.A.I y Alvaro Vásquez quien se desempeñaba como Presidente quienes al saber de mis necesidades me ofrecieron albergue en sus instalaciones.
Esta era una casa de dos pisos. En un cuarto estaba el archivo de la Sociedad y los demás espacios eran aprovechados por mi para organizar mi estudio: en uno instalé la Biblioteca, en otro la sala de exhibición, en otro el salón para las clases particulares y en otro mi taller personal, en un cuarto que tenía libre lo presté a la artísta Angelica Ricaurte para poner un estudio de serigrafía, quien por ese tiempo era estudiante en la facultad de Artes de la Universidad de Antioquia, a la vez me modelaba para mis alumnos que tenia en el Museo el Castillo y para mis trabajos particulares.
Trabajaba en ese entonces dando clases en el Museo el Castillo y en la misma Sociedad de Ingenieros, además allí mismo era Director de la Galeria de Arte y de las Exposiciones de Pintura y Escultura que allí se realizaba; entre los artistas a quienes les organizé exposición están los Maestros Ramón Cárdenas, Julio Carlos Ángulo y León Molina entre otros.
Realizé allí los Bustos de Atanasio Girardot para el Municipio de San Jeronimo y el busto del Ingeniero Juan de la Cruz Posada para la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos S.A.I.
Además seguí tallando con el mismo sentido monolítico y enblocado de los años anteriores varias piedras maní y algunos mármoles travertinos peruanos de gran formato, mármoles Italianos y ejecuté varias esculturas mesas; ya comenzaba a investigar en otros materiales, dejaba la piedra talco ( esteatita ) a un lado y buscaba los mármoles nacionales y extranjeros.
En esta casa comencé a dar clases particulares, allí recibía alumnos del Museo que deseaban estar en más contacto conmigo, entre los alumnos estaba Ana María Álvarez con la que hice una gran amistad hasta el presente.
Por iniciativa de Ana María a los dos años y medio busqué otro lugar que fuera más amplio y que se acomodara mejor a las necesidades del momento y fue así como llegué a la Casa de Laureles.