Por Michelangelo Buonarroti
XVI
Tú sabes que sé, mi señor, y sabes
que me aproximo más para gozarte,
y sabes que sé que sabes quien soy:
¿a qué pues más retardo en saludarse?
Si verdad es la esperanza que me das,
y verdad mi gran deseo concedido,
el muro rómpase alzado entre los dos,
que son mas fuertes los daños ocultos.
Si solo amo de ti, mi señor querido,
lo que de ti mas amas, no te enojes,
si un espíritu del otro se enamora.
Lo que en tu bella faz aprendo y busco,
mal lo comprende el ingenio humano:
Quien saberlo quiera, ha de morir entonces.
De 1532. Obviamente, es el inicio de la relación –llena de ingredientes y referencias platonizantes — con Cavalieri.