Barrio Laureles en Medellin-Antioquia -Colombia.
En la Casa de Laureles estuve por espacio de dos años y medio, era una casa de dos pisos. El superior lo utilicé como vivienda y el primero como Sala de Exposiciones y el Taller…
Atrás tenía solar con una palomera con capacidad para doscientas palomas, la cual me sirvió precisamente de Taller. Poco a poco lo fui acondicionando, ampliando con tejas de Eternit, mejorando el espacio para trabajar.
En noviembre de 1992 lo inauguré con una exposición allí mismo. con obras en diferentes técnicas y materiales como piedra, bronce y técnica mixta en piedra -hierro.
Cabe destacar que las piedras aquí difieren a las anteriores, pues el cuerpo humano ya no se encuentra inscrito en ellas, sino que se presentan fragmentos, se libera la piedra, se hace más directo el mensaje, el fragmento se apropia del bloque, se buscan ciertas partes para compartir y discernir acerca del mundo que nos rodea, la escultura se hace más pura, los diseños están estudiados de acuerdo a la configuración del bloque. En la técnica mixta piedra -hierro, se busca una integración para llegar a un lenguaje nuevo buscando despojar la escultura de la rigidez de la piedra, llegando a un expresionismo con el hierro. Se presentan mís bronces martillados, buscando un perfecionamiento en la técnica y una identidad en el lenguaje.
Vale la pena mirar que paralelo a las esculturas en piedra se realizan en mi casa-taller, una serie de esculturas- mesas- tanto de sala como de comedor en bronce algunas, otras en piedra.
Estuve acompañado todo el tiempo de mi perro Toby.
El taller en la Casa de Laureles, es un taller bien importante en mi vida artística. Fue muy próspero: por un lado, tuve una buena cantidad de estudiantes particulares, además daba clases de escultura en el Museo el Castillo, y por ese entonces tenía trabajo monumental como los altos relieves del Colegio Alemán que me llevaron a recordar las enseñanzas de la Academia y en particular al Maestro de Escultura Gustavo López López quien en su afán de difusión de sus enseñanzas es recordado cariñosamente por “Cascarrabias” y a trabajar con modelo del natural ya que en el taller de Enciso pocas veces lo hice, por esas ganas de liberarme de las ataduras de la academia. El trabajo con el modelo del natural fue con el fin de no retroceder sino para ser más consciente de los hechos artísticos.
Dejé a un lado la obra folclórica, regionalista, alegórica y tradicionalista que venía trabajando para dedicarme a realizar un trabajo mas universal: de lo particular voy llegando a un concepto mas amplio de la escultura, más universal y con la vuelta a la Academia reafirmar mis conocimientos y profundizar en las formas y en la estructura, buscando con esto, cada vez mas, mejorar la calidad de la obra y encontrarme conmigo mismo a través de ella.Comencé a trabajar mármoles nacionales como el mármol negro de San Gil del Departamento de Santander, la piedra arenisca de Bojaca del Departamento de cundinamarca, las ultimas piedras talco ( esteatitas ) de Yarumal Antioquia y segui experimentando con el mármol italiano y las obras dejaron de llamarse de tener títulos; para que cada uno de los espectadores: piense, sueñe, recuerde o simplemente… se deje llevar por esa sinfonía de altos y bajos relieves, planos y perfiles, luces y sombras que tiene cada una de las esculturas.
También realicé lo que sería lo mas importante de este taller la Serie de las Esclavas modeladas en arcilla y fundidas en bronce en su mayoría, una serie bien interesante tanto estructuralmente como ideológicamente porque fue una especie de exorcismo frente a la relación con la mujer y el medio social, algunas llevan nombres como: la esclava del Silencio, la Esclava de los Recuerdos, la del Secreto, la de las Cadenas, la de las Formas etc. etc. Eran esculturas de gran formato.
Por presiones del dueño de la casa tuve que comenzar a pensar en otro sitio para el Taller y así después de muchos ires y venires encontré el lugar en Envigado.