Soneto XXIV

Por Michelangelo Buonarroti Si fuese el fuego igual a la belleza de vuestros ojos, que de ellos sale, no habría en el mundo región tan helada que no ardiese cual dardo encendido. Mas el cielo, piadoso a nuestros males, de toda la beldad que en vos comparte, la visiva virtud cela y divide por la vida aquietar mortal y áspera. No es pues igual el fuego a la belleza, ya que se enllama y enamora sólo de lo bello celeste que él conozca. Y así ocurre, señor, en la edad mía: sino veis que por vos ardo y muero, es…

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Soneto XXIII

Por MIchelangelo Buonarroti No sé si es la deseada luz de su primer autor, que el alma siente, o si entre la memoria de la gente  alguna otra beldad brilla en el corazón; o si fama o algún sueño lo produce manifiesto a los ojos, al corazón presente, de sí dejando un no sé qué ardiente que quizá es lo que me lleve a llorar. Lo que siento, lo que busco y me guía en mí no está;  ni bien sé mirar donde encontrarlo pueda, aunque alguien me quiera mostrar. Esto, señor, me ocurre tras de verte, un dulce amargo, un…

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